Sedal

El rosado ya no es lo que nos dijeron que era.
Hoy es poder, es valentía, es revolución.
Y así lo vivimos en el lanzamiento de Rosado Osado, la nueva apuesta de Sedal que convirtió un evento en una declaración.

Desde el primer paso, nada fue convencional.
Un túnel de espejos recibía a las invitadas con un solo mensaje: aquí se viene a romper moldes.
El espacio vibraba con fuerza femenina, diversidad, ritmo y actitud. Peleas de box. Danzantes de tijeras. Frases en neón. Beats que te atravesaban. Todo conectado para hacer sentir algo muy claro: el rosado no es suave, es desafiante.

Cada rincón fue pensado para retar estereotipos y amplificar una verdad: el rosado no es un adorno, es una postura.

Un ring de boxeo donde se golpeaban prejuicios.
Un beauty corner donde el brillo era símbolo de osadía.
Un ambiente que reflejaba la fuerza de cada mujer.

Esto no fue un lanzamiento más. Fue una experiencia cargada de actitud, autenticidad

Con la música encendida y la emoción a flor de piel, Rosado Osado no solo presentó un nuevo producto: encendió una conversación.

Porque atreverse es desafiar lo que nos dijeron que debíamos ser.
Es tomar lo que parecía frágil y volverlo fuerza. Es usar el rosado como bandera, no como etiqueta.

Sedal se atrevió a cambiar las reglas. Nosotras lo hicimos realidad.

Desde la conceptualización hasta la producción en tiempo real, diseñamos una experiencia donde cada detalle hablaba fuerte y claro. Esta es la mezcla perfecta entre creatividad, estrategia y ejecución.